viernes, 11 de septiembre de 2015

Cosmos




Sus pequeños ojos empolvados contemplan el declive, el silencioso desarraigo de las partículas elementales: el gigante de piedra que resguarda la entrada al barrio se desmorona poco a poco: COSMOS, en azul desgastado, con sus reflectores empolvados, barrotes herrumbrosos y paredes enmohecidas. Un anuncio neón en rojo y azul nocturno, Hotel Garage, tintinea a un costado sobre el cansado edificio. Hace veinte años que lo abandonaron y por fin se han decidido a tirarlo, como quien concede la eutanasia a ese que en el fondo, pero muy en el fondo, sigue luchando.